Debilucha.

Tenerife nos cubre de ilusiones, nos abraza, por momentos nos escupe. LA vida en España se tiñe de matices capaces de intimidar a la paleta de cualquier pintor. Nos llena de sueños y de ensueño. Amor y odio. Extraño, a veces extraño demasiado. Te lo digo y vos me mirás. ¿ Qué extrañás? Extraño Zapallar, las cenas en casa, las horas en el patio mendocino, las conversaciones sobre libros al borde de la pileta. No te puedo decir que extraño eso. Uno no deja su vida para extrañar “eso”. Al contrario, el emigrante medianamente “exitoso” debe olvidar su vida anterior. Hacer de cuenta que nunca tuvo amigos, se lo decía el otro día a mamá. Cambio la piel, ya lo sabés. Muto. Me gusta pensar que soy así. Que mentira. Débil, extrañísima y temerosa. Sí , eso es lo que me anda gritando el viento por acá en la isla.

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