A respetar se ha dicho

Sí, sí, adelante. Pasen por acá.

Fuego sagrado

Me gustan las historias donde uno cuenta lo peor de su ser, o por lo menos cosas que nos hagan reir de nosotros mismos.
Cuando estaba estudiando cocina y trabajaba en un restaurante de Mendoza, un amigo/cliente y reconocidísimo enologo me ofreció dar una cena en su bodega para los periodistas gastronómicos más famosos del momento y los grandes cocineros del panorama. Para mí fue un flash, muy fuerte, al principio no sabía que contestar. Dije que sí, pero no sin antes pedirle a Rafa, mi amigo y uno de los mejores cocineros que conozco que me ayudara desde las sombras. Y junté a otro gran amigo cocinero y nos mandamos, de atrevidos nomá.
Hicimos un buen menú y nos pusimos a laburar sintiéndonos super importantes.
Esa noche se nos quemó una de las preparaciones en la cocina de la Bodega. Tuvimos que salir a decir, luego de vencer la vergüenza, que era una humita "ahumada".
Pasó la cena y estuvo, dentro de todo, bien.
Al terminar la cena, entró a la cocina Ramiro Rodriguez Pardo y nos dice:
Chicos: a la cocina hay que ponerle fuego. Mi cara se iba deformando a medida que escuchaba esas palabras, yo pensaba, ahora dice: hay que ponerle el fuego más bajo. Por suerte y como es un grande, terminó su frase: "A la cocina hay que ponerle fuego sagrado".
Ay Dios, que alivio.

confusiones besuqueiras


Cuando llegás a España comienza la confusión: se saluda con dos besos. A los desentrenados y recién arribados se les arma la cuestión, porque inicialmente dejás con el otro beso colgado a quien te saluda. Bien, uno se acostumbra rápido.
Pero cuando llegás a Canarias tenés que des-acostumbrarte porque acá sólo se da uno, o dos?
La verdad es que el tema es super confuso. Yo, no sé porqué extraña razón empecé a dar dos besos y a descolocar a la gente. Y de un día para el otro doy sólo uno, así, sin pensarlo. Y hay quienes se acostumbraron a que daba dos besos, como los "godos". (Habitante de la peninsula. No tiene por que ser despectivo. En formal se usa peninsular.)
A toda esta confusión, mi amigo Rafa me envió la siguiente aclaración ilustrada e ilustrativa.

Besos, cuántos quieran!

Cocina afrodisíaca en El Día

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La vida rosa


Cuando uno se entera de que un hermano va a tener un hijo, es feliz.
Cuando ese hijo será la primera nena de la familia, flota.
Cuando te dicen que serás la madrina, te das cuenta de lo acotado que es el idioma porque no puedes describir tanto amor.

S.O.S. Deli

Las recetas de las pizzas ya están en mi otro blog.
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Extraño sentido del pudor




En un país donde el 95% de las mujeres toman sol en topless son extrañas muchas cosas, por ejemplo que vendan los trajes de baño con las dos piezas, pero aún mucho más extraño es que si estás en la playa con las dos piezas, pero el corpiño se te desliza un poco, sin que incluso llegue a verse nada, la gente te avisa horrorizada de algo se está por escapar.

Domingueando

Desde hace un tiempo que los domingos a la mañana me levanto y hago facturas con dulce de leche.
Mi novio alucina y yo disfruto viéndolo feliz.
Igual es una estupidez: compro una de esas masas de hojaldre congeladas, la estiro un poco (por supuesto cuando ya se descongeló) corto unos cuadrados y los relleno con dulce de leche y las cierro. Las pongo el horno 10-15 min y las dejo enfriar. Quedan espectaculares. Siempre pienso en sacarles una foto, pero duran muy poco.
Hoy al mediodía hice pizzas caseras.
Domingo hipercalórico si los hubo.

En la Isla Bonita


El fin de semana lo pasamos en la isla de La Palma. Nos fuimos a una cata que me habían invitado.
La cata fue maravillosa, probé alrededor de 90 vinos de pequeños productores. Fue una gran experiencia.
Esta es nuestra segunda vez en esta isla y la verdad es que uno de los lugares más lindos en los que he estado. Paso algunas fotos para enamorarse.


Decálogo del Consumidor Feliz en EL DIA


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foto de Any Manetta


Deberías verme ahora mismo. La sonrisa cual lunar.
La ensalada que acabo de hacer: tomates con olor a chacras de coria, cebolla en pluma, un poco de zuchinni crudo en cuadritos, morrones radiantes y coloradísimos. Palta madura y sacada con una cuchara. Lechugas cortadas a mano. Un lata de atún, un hilo de oliva y aceto.
Un vaso con hielo y una coca light.
La terraza y el mar furioso.
Una revista de moda.
Y la sonrisa calma.
La sonrisa cual lunar.

Punto final.

Cerrar la puerta sin mirar atrás.

Ver la mesa y el ordenador que ya nunca volverás a ver.

El fondo de escritorio con una foto que quedará estática y saber, con certeza, que ya nadie se reirá al verla.

Saber que hiciste lo pudiste. Que diste más de lo que incluso nadie allí te dió.

Intuir que tu lugar no se llenará tan fácilmente.

Saber que lloraste por bronca, rabia y por aburrimiento.

Creer fielmente que sos y serás mucho más que ese empleo.

Que al cruzar la puerta vas a deshacerte de bastante más que las llaves.

Te vas con la certeza de dejar junto al manojo todo el agobio de muchos meses.

Y en ese instante entendés que, tras caminar unos pasos, afuera hace un día maravilloso.