De xenofobia 1


Pensaba que muchas veces la xenofobia anda flotando en el ambiente. Es raro pero generalmente muestra su lado más terible en situaciones cotidianas. Venía en el colectivo y de golpe empecé a escuchar una conversación entre un hombre que, con "buena onda" estaba hablando sobre la inmigración de nosotros, o sea, los sudacas, y el resultado de este fenómeno en su vida. El interlocutor era un argentino, que no se inmutaba sobre las barbaridades que decía este hombre. Y a mí, no sé porque extraña razón se me empezó a hervir la sangre. Venía cargada con las bolsas del súper, pero igual me paré y me senté en el asiento vecino. Con una entrada muy cordial le comuniqué que yo también era argentina y que por lo tanto todo su monólogo me tocaba de cerca. Me trencé llena de furia con el tipo y le empecé a explicar cómo veía yo las cosas. Cuando me dí cuenta todo el colectivo nos miraba y ya me tenía que bajar. Llegué a mi casa temblando de la rabia que te producen esas cosas. Como venía tan loca me enfundé en unos guantes de goma y me puse a fregar sin parar los azulejos, y mientras estaba ahí escuchando algo de música muy triste, me rompí a llorar con todas mis fuerzas. En eso sonó el teléfono, era mi hermana que vive en Paris.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Rosario: lei con interes esta nota. Me identifique con vos pues no me gustan y me ponen furiosa los comentarios apresurados sobre otras razas y nacionalidades. La gente culta nunca se permite este tipo de agresiones gratuitas. Seguramente el que hablaba tenia un problema personal y queria desquitarse con todo y todos.Pobrecito! Un beso. Elbita

tolenti dijo...

Un abrazo. Muy fuerte.

Anónimo dijo...

que bronca!! que mal momento!! un beso desde bs as. ahora me voy de viaje pero a la vuelta te agrego a mi blogroll. besos!!

Daniela Lucena y Gisela Laboureau dijo...

que broncaaaaaaa!!!!!!!
por suerte las hermanas saben estar en los momentos justos no?

Praticio dijo...

Rosario: Lamento profundamente que hayas tenido que oir comentarios de ese tipo, pero te aseguro que no son el sentimiento general de los paisanos de las islas. Es más, siempre hemos estado muy unidos, cultural y sentimentalmente con sudamérica. No nos olvidemos, que los canarios hace años emigramos en masa a venezuela también.
Un abrazo reconciliador con Canarias.

Rosario Diaz Araujo dijo...

Gracias, elbi, vos sabés que como tía gemela nos hacen mal las mismas cosas.
Tolenti, otro grande para allá.
Marian, muchas gracias por ese beso portenio y por agregarme.

Rosario Diaz Araujo dijo...

Morkelik, esas cosas son así con las hermanas y más a la distancia, siempre, no sé cómo, saben que las necesitas.

Rafael, me encantó que dejaras un comentario porque pensé que quizás algún canario se podía sentir ofendido. No era para nada mi idea, al contrario. A mi me encanta vivir aquí, soy inmensamente feliz por todo lo que me da la gente día a día. Una sonrisa por la calle de alguien desconocido me puede alegrar la mañana.
Muchas gracias, de verdad.

g. dijo...

Hace un par de días leí sobre el tema en otro blog de una chica argentina que vive en EEUU, y la discriminación a los "hispanos" entre los cuales estamos obviamente los argentinos. Mi mejor amiga se casó con un español y desde hace unos 8 años vive en Valencia. Y me acuerdo que cuando fue la crisis acá que emigraron muchos para España y otros lados del mundo, me contó lo mismo. Ella está en una ciudad chica de Valencia y no sólo nota discriminación hacia latinomaericanos sino que ahora también la hay con los inmmigrantes del este de europa. No recuerdo exactamente de que país me había dicho.
Y en la argentina seamos honestos pasa lo mismo. Con los bolivianos, los paraguayos, los peruanos, etc.
Hay discriminación de lo que quieras, nacionalidad, religión, color de piel, clase social, género, orientación sexual, ideas políticas, y no me acuerdo qué mas!
Más leo sobre discriminación y xenofobia en distintos lugares del mundo más me convenzo que las sociedades actuales son así en todos lados. Cuanta más diversidad de gente hay en un lugar, soto voce o en voz alta, la discriminación aparece.
El problema es que cuando uno está dentro de "ese grupo" se da cuenta de lo que se siente.
Te entiendo perfectamente, la impotencia debe ser mayúscula.
Sorry si me extendí demasiado.
=)

® Danila dijo...

Rosario, recien encuentro tu blog a raiz de un comentario que dejaste en el mio. Que suerte que tuve que vine a parar aqui!
nena! me hiciste llorar, me imaginaba a mi misma en una situacion asi, llena de furia, explicando el otro lado de las cosas... y despues neurotica, limpiando y llorando por la distancia, por tantas cosas.
Te comprendo porque si bien estoy en mi pais, rechaze laburos increibles afuera, precisamente por este tipo de cosas. Me senti cobarde, lo confieso y admiro tu valentia, que no es poco.
De todas formas aprendi, que el lugar y los afectos estan con uno, dondequiera que uno vaya...
un abrazo lleno de "argentinidad"!

Rosario Diaz Araujo dijo...

Gaby, suerte que me comprendes, es muy doloroso sentirse así, porque uno que siempre fue parte de un lugar, de golpe se siente afuera y es feo!
Danila, que lindo que estés por acá. No sabes como agradezco ese abrazo de argentinidad, a veces unos necesita muchisimo ese tipo de cosas. Ahora la terapia con guantes de goma y estropajo es buena para canalizar y descargar, 100% recomendable. Besos