Morir por la boca


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Me resulta casi imposible olvidar mis primeros encuentros cercanos con la gastronomía de otros lugares. El mes de enero entero, que en el hemisferio sur es verano, tirada en la playa leyendo “Viajes de un Chef”. Me acuerdo que se lo robé, perdón, tomé prestado a mi cuñado sibarita. Me acuerdo de viajar con la mente y las papilas por donde Anthony Bourdain decidía llevarme.

Me acuerdo del primer ceviche peruano crujiendo en mi boca, de la primera ostra y como me llevó al mar, del olor de las piedras humeantes sobre las hojas de banano del primer y único “curanto o pachamanca” que probé en mi vida. De cómo los jugos de todas las carnes y los vegetales se servían en un cuenco que alegraba hasta el alma.

Me regocijo de traer a mi memoria la intensidad del chocolate espeso y caliente con churros en una cafetería en el crudísimo primer invierno en Madrid. De la patisserie de Francia expuesta como joyas. De la sangría y las tapas. Del pastel de choclo (maíz) chileno en la mesa familiar o en algún chiringuito playero. De los rinconcitos que esconden todas las ciudades y que al amante gourmet se le descubren como el hueso de un aguacate.

De los mercados donde adoro perderme sin mirar el reloj, dejarme ir, movida solamente por la curiosidad. De los estornudos y la confusión aromática de tanto meter la mano y la nariz en cuanta especie se nos presente. De cualquier domingo en Nuestra Señora de África o en algún mercadito de Candelaria.

Escuchar a las personas compartir secretos culinarios. Sentarme al lado de alguien en la guagua y entablar una conversación para que me lleve de viaje a su tierra y me cuente qué comen y cómo lo preparan, despedirme habiendo estado en algún paraje lejano. Dejar llegar las recetas por la intuición y conducir la mano por el instinto y el paladar mental.

Cuando armo un viaje investigo, y como quién decide que cuadros mirará en cada museo, yo pienso y me relamo de sólo pensar en cuantos nuevos manjares probaré. Me preparo como para ir a rendir un examen. Si encuentro un sitio perfecto, voy cuantas veces me da la gana. Sabiendo que esos pequeños lugares que nos emocionan no están a la vuelta de cada esquina. En vez de hacer las maletas a tiempo leo y releo las aventuras gastronómicas de otros viajeros, que como yo, piensan bastante más con la boca que con la cabeza.

22 comentarios:

Malen dijo...

Ay Maria, tan tan bello, que me quedé sin respiracion. Increible!!! Reverencia Rosarina

tolenti dijo...

Impresionante Rosario!! De lo mejor que he le�do tuyo.
Porque no solo transmitis ese concepto del placer de comer del que tanto hablamos, que se confunde con el eros, las emociones, lo m�s primitivo y lo m�s elaborado de nuestras pasiones, sino que adem�s elegiste las palabras y las combinaste como seguramente combinaras los condimentos. Y el resultado fue uno de tus mejores platos.
FElicitaciones Ro!

Daniela Lucena y Gisela Laboureau dijo...

Ay Rosario cada dia tengo mas ganas de probar tu comida! porque si cocinas como escribis, debe ser excelente!!!

besos

Anónimo dijo...

Perdón por el desubique pero yo si siguiera tu itinerario terminaría rodando. Me encanta comer, me encanta la comida, los aromas, la textura, me gusta cocinar. Todo lo que nombrás lo he probado y cuántas veces me quedaría con un pan casero caliente con manteca derritiéndose encima, o un buen queso con su vino. Qué alma de glotona, no puede ser esto.
Tienen razón los chicos, llega a ser muy sensual tu relato.

OLDBEAR dijo...

Es genial tu descripcion de los sabores,lugares y emociones que provocan.Me encantan tus entradas y como soy un eterno cultor en la cocina de "Como agua de chocolate" y solo me inspiro para cocinar a mis afectos,admiro tu capacidad para expresar estas sensaciones que nos unen a aquellos amantes del buen comer,el buen beber y el buen vivir ....y que bueno que es desarrollar el paladar mental pensando mas con la boca que con la cabeza!!!!

Gauchita Pero No Gil dijo...

dicen que en la cocina están los mejores secretos!

Anónimo dijo...

La descripción es casi orgásmica...
En fin...me gusta eso de planificar, aunque siempre hay que dar lugar a la sorpresa. Igual, si algún día decido viajar a algún (más raro) del que estoy, te consulto el menú

Rosario Diaz Araujo dijo...

Malen: Mcuhas gracias y besos, hasta dentro de unos días!!

Ay Tolenti, que halago!! Por favor, no soy digna!! Tolenti, te agradezco muchisimo ese comentario tan profundo y alentador. Besos y muchisimas gracias.

Morke & Co: Ya sabes que estas invitadisima!!! Me encantaría que nos juntáramos a comer. Besos a esa panza.

Venus: Jajajaja, el poder del pan con queso, apoyo también esa moción sobre todo si viene con una copita de vino. Y a rodar que es más rápido que caminar!!

Oldbear: Bienvenido!!Y bueno, que puedo decir...muchisimas gracias. Me has dejado sin palabras... Es importante inspirarse culinariamente para decile
a las personas que queremos que lo seguimos haciendo. Es un placer leerte.

Hola Gauchita!! Bienvenida, así es mi amiga, en la cocina y los ingredientes hay mucho más que platos.

Mares: Por supuesto que la sorpresa es un gran amigo de los caminantes. Hay que dejarse tentar, allí siempre salen buenas cosas. Cuando quieras: pregunte nomá!

Anónimo dijo...

ahhhhhh no! Ayer dejé un comentario bastante largo y no está... no es la primera vez que me pasa. No sabés la bronca que me da!!!

No me acuerdo que te puse, pero si que me habia encantado lo que escribiste. Subrayaba lo que te dijeron Morke y Tolen.

Mucho talento por acá!

Andre dijo...

Rosario, que lindo! me encanta como me transportas a todo lo que escribis...
:)

italo_argentina dijo...

Volvi, te leo y me encanta....
Un besote,

Gaby

Anónimo dijo...

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