Prueba y error.


Cuando uno es niño cree que el mundo empieza en nuestra habitación y termina en un grito. Cree que alguien escucha el eco. Cree que mañana será mejor o igual. Cree que sus compañeros del colegio, el confidente e incluso la maestra serán sus amigos para toda la vida. Cree que la persona que le "gusta" se casará con uno y tendrán hijos. Cree que el día empieza cuando abre los ojos y termina cuando nos llaman para ir a cenar.

Yo cuando era una enana creía que el 2.000 iba a ser un año mágico, que yo ya estaría casada con hijos como mi mamá a sus 21 años. Creía que si me subía muy alto podría volar y que si me escondía nadie me encontraría.

La vida consistía en el prueba y error. Y los errores eran, como mucho, un raspón en la rodilla y un día en penitencia.

2 comentarios:

Daniela Lucena y Gisela Laboureau dijo...

siiiiiiii, quiero volver a creer un rato en todo eso!!!

Rosario Diaz Araujo dijo...

Ahi también me gustaría volver de vez en cuando a esos lugares, llenarme la boca de sugus azules y rojos, e ir a buscar a alguna vecina para salir a jugar.
Muchas gracias por venir!