Me gusta cuando la gente dice las cosas de un modo no obvio, me gustan las metáforas y los giros lingüísticos.
Me gusta cuando la gente dice:
"Me dejé dormir", en vez de "me quedé dormido".
"Agua del tiempo", en vez de agua a tempetura ambiente.
Me gustan los nombres de las calles de mi nueva ciudad, incluso la genialidad de Sabina queda chica frente al Callejón de la Amargura de La Laguna.
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